Tres Mesas Seleccionadas

Entre las mesas de la clase del día Jueves 24 de agosto seleccionamos las tres siguientes. Decidimos acercarnos a los grupos para preguntarles con qué habían partido, qué habían planeado y si finalmente sucedió lo que esperaban.

La Mesa de Belén RinaldiM. Paula Piergentili, que trabajaron con Vanessa Beecroft.

Ya de por si, el hecho de que presenten a un cuerpo desnudo en el medio del aula, genera un foco de atención. No solo por el hecho de la desnudez, sino por la misma delicadeza y belleza de la figura de la modelo. 
La artista elegida es una mujer con problemas de alimentación dónde el cuerpo femenino es el centro de su obra. Realiza performances en las que participan grandes grupos de mujeres completa o parcialmente desnudas. 
Ellas se colocaron en un lugar pertinente del aula, en una esquina. Colocaron telas blancas y materiales espejados que no sólo reflejaban el cuerpo sino también a los mismos espectadores. La esquina se encontraba bastante descubierta lo que generaba intriga y ganas de introducirse en el espacio pero a la vez pudor por el cuerpo descubierto.
La distorción de la imagen gracias a los papeles espejados eran inspirados por los desordenes elimenticios que la artista padecía.
Belén y Paula nos contaron que su idea era que los espectadores interactuen con la modelo, que le saquen fotos, que se introduzcan en el espacio, en la instalación. La modelo nos dijo que se había pensado en cerrar el espacio para que sea más intimo y se potencie la incomodidad, sin embargo, lo lograron sin necesidad de esto. La gente se acercaba tímidamente, preguntaban si podían entrar o sacarse fotos, pero a pesar de esto, no lo hacían.
El hecho de que la gente no entrara, refleja la incomodidad, pero a la vez la atracción sobre el cuerpo desnudo, el reflejo y de la propia imagen. de la incomodidad y la atracción que te produce el cuerpo desnudo y el reflejo de la imagen y de tu propia imagen.

La Mesa de Ailín Kertesz, Lucia Molina Carpi, Malena Ichkhanian y Tamara Micciullo, que trabajaron con Pina Bausch.

Pina Bausch es una coreografa bailarina, destacada por el uso del cuerpo y relacionada con el baile expresionista. Las chicas nos explicaron que Pina usaba el cuerpo como una manera de expresión, dónde las escenografías eran particulares, los lugares eran pensados. Donde vinculaba los colores y los elementos, generalmente de la naturaleza.
Decidieron recrear un espacio usando elementos que Pina solía usar para usar una escenografía.
Al ingresar a la instalación te daba una sensación de un teatro recreado, por las cortinas negras que obstruían la visión del resto del aula, la luz que enseguecía y en su momento la música.
Esto sumado a la tierra te daba la sensación de teletrasportarse, aislarse a otro espacio, como una cápsula.
Lo que nos pareció más interesante y atractivo del trabajo fue la interacción que invitaban a realizar. Sacarse los zapatos y sentir la tierra fría y húmeda. Nos contaron que esa fue su forma de introducir al cuerpo (cosa tan característica en Pina) a la instalación. De esta forma, el cuerpo deja una marca, una huella. El cuerpo de los que interactuaban le daban forma a la obra. Pero al mismo tiempo, la obra dejaba una sensación en el cuerpo de los que participaban.
Fuente de la foto: http://ailinkertesz.blogspot.com.ar/

La Mesa de Carolina Otero, Estefania Pezzutti y Lautaro Pardo, que trabajaron con Pierre et Gilles.

A diferencia de las anteriores, en esta mesa no sabíamos cuál era el artista antes de preguntarles a nuestros compañeros.
Cuando nos dijeron que era Pierre et Gilles nos quedamos bastante sorprendidas ya que cuando investigamos en un principio a cada artista, ellos no nos habían gustado.
Nos contaron que el performer era un chico que Carolina había conocido en un colectivo, no tenían mucha relación. 
Lo que buscaron fue contrarrestar la perfección y la prolijidad con la que trabajan Pierre et Gilles, realizando la perfermormance totalmente improvisada. El performer nunca antes se había travestido y por eso decidieron colocar un espejo para que se autoexplore.
Él se acercaba a la gente y los interpelaba. Algunos compañeros se sintieron incomodos por esta intimidad. No solo por el contacto particular entre los presentes y el performer; sino también porque el contacto era muy particular y personal, donde no todos sabían qué estaba ocurriendo especificamente o cómo interactuaban.
Creemos que los que nos pareció interesante fue esa ruptura característica de la perfección de los artistas, produciendo un estilo trashero y más personal.
Fuente de la foto: http://estefaniapezzutti.blogspot.com.ar/

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© Lena Mandel
Maira Gall